02/03/19

Fuera del Juego – Crítica de Diana Cuellar Ledesma

Review

El pasado 2018 conmemoramos medio siglo de un año que marcó la lucha social en muchos lugares del planeta, incluido mi país, México, en donde, a tenor de la película Roma, también ha venido a la memoria la oprobiosa masacre de estudiantes de 1971. En tal contexto es pertinente y necesario conocer una serie de hechos que se vivieron en Cuba, país cuya revolución inspiró gran parte de los movimientos sociales (especialmente en AmLatina), en esos mismos años. La película Memorias del subdesarrollo de Tomás Gutiérrez Alea se estrenó en 1968 y era ya, a menos de 10 años del triunfo revolucionario, un agudo y crítico comentario sobre la situación en Cuba. En 1968 el libro Fuera del Juego, del poeta Heberto Padilla, ganó el premio de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, un acontecimiento que sucitó agitación entre la intelectualidad y entre el aparato político de la isla. En 1971, y tras años de acoso y espionaje, Padilla y su esposa, la poeta Belkis Cuza Malé, fueron encarcelados y acusados de actividades subversivas y contrarrevolucionarias. Al escritor le fueron decomisados los manuscritos de dos libros: Provocaciones y Los héroes pastan en mi jardín. El gesto represivo del régimen cubano causó la indignación y varios pronunciamientos de la intelectualidad a nivel internacional. Ante tal presión, y tras más de un mes de detención, Padilla fue liberado, pero la coerción del régimen lo obligó a ejecutar un teatral mea culpa en la Unión de Escritores. En él, Padilla no sólo renegó de sus obras e ideas, sino que señaló a otros escritores e intelectuales, incluida su pareja, por sus actitudes contrarrevolucionarias. Un auténtico juicio de Moscú que dejaba claro que el régimen cubano no tenía espacio para un arte fuera de la propaganda, para la crítica ni para la libertad del pensamiento y las subjetividades. Gracias Dago Rodríguez y todo el equipo de Fuera de Juego por el preview de esta cuidada puesta en escena. Además de las cualidades intrínsecas de la obra, tuvimos el privilegio de apreciar invaluable e inédito material de archivo. El ángel de la historia les aplaude.

 

Diana Cuellar Ledesma